La tercera jornada se inicia recorriendo las tierras señoriales do Caramiñal, flanqueando el Pazo que acoge el Museo Valle-Inclán, visitando el templo de Santa María la Antigua y llegando hasta el núcleo de Santiago do Deán.

El peregrino deja después atrás la Pobra do Caramiñal y, cruzado el río Pedras, prosigue, rebasando el Pazo da Mercede, por el litoral hasta alcanzar la localidad de Escarabote. Desde allí el camino se aparta de la costa y bordea el terreno acotado de una de las grandes casas nobles de la zona: el Pazo de Goián. Enseguida, el peregrino alcanza Boiro (su iglesia de Santa Baia fue consagrada por Diego Gelmírez).

La segunda parte de la etapa devuelve al caminante a la orilla de la ría, quien, por la playa de Barraña continúa hacia el pintoresco pueblo marinero de Cabo de Cruz. En la playa de Carragueiros el camino gira bruscamente y se encamina a Abanqueiro atravesando un hermoso entorno agrario. Desde Abanqueiro la ruta prosigue cercana siempre al mar, visitando dos interesantes yacimientos arqueológicos: los petroglifos da laxe da Cabra y el impresionante castro doble de O Neixón, situado en una punta del litoral. La ruta finaliza algo después, en la iglesia parroquial de San Vicenzo de Cespón.

Escarabote / Iglesia Santiago de Lampón

La iglesia de Santiago de Lampón, una nueva referencia al Apóstol en un probable enclave del Camino Real. Construida sobre una capilla románica del siglo XII, el edificio presenta una planta cruz latina, con una nave central dividida en tres tramos. En la fachada destaca la imagen e Santiago Apóstol, y en el lateral derecho hay una concha de peregrino. En el altar encontramos otros símbolos jacobeos como la vieira, el sable, la bandera y el libro de Santiago Matamoros.

Pazo de Goiáns

Poco después llegaremos al Pazo Torre de Goiáns, uno de los más importantes del Barbanza junto con el de Xunqueiras. Es un edificio con forma de L, construidoen sillería granítica y con un tejado a varias alturas, hecho con tejas del país. Original del siglo XVI, fue remodelado en 1760. Se cree que la torre, cuadrada y con balaustrada en la parte superior, fue derruida durante las Revueltas Irmandiñas y restaurada posteriormente. Se accede al pazo por la escalera interior, que asciende por salas abovedadas, adornadas con las heráldicas de los distintos linajes que habitaron el pazo a lo largo de la historia. Además del edificio principal, se conservan otros destinados a usos agrícolas, así como una capilla, palomares, una fuente de piedra con forma de sirena y un embarcadero.

En su época de esplendor, los dominios de este pazo se extendían hasta las islas de la entrada de la ría de Arousa.

Iglesia de San Vicente de Cespón

Como de costumbre, acabamos la jornada en un templo muy especial: la Iglesia de San Vicente de Cespón, la más antigua de Boiro. El edificio, con planta de cruz latina y una única nave, cubierta por una bóveda de cañón, fue objeto de numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, por lo que encontramos en ella diferentes estilos: románico (en la fachada principal), gótico, barroco y neoclásico. Se cree que fue erguida sobre una necrópolis romana. La torre-campanario se sitúa en el lateral orientado al norte, y llama la atención por la cruz de tradición celta de su cabecera. En el interior, destaca el baldaquino gótico del siglo XVI con escenas de los Apóstoles y una importante reliquia: la tibia de San Vicente.