Peregrinos de la esperanza en el Camino "A Orixe": una experiencia transformadora

2025-08-06 13:09:46

Hay caminos que no solo cruzan paisajes, sino almas; y el Camino “A Orixe” ha sido uno de ellos.

Del 3 al 11 de julio, 74 peregrinos de la Compañía de María, procedentes de Almería, Barcelona, Mollet del Vallès, Puente Genil, San Fernando, Valladolid y Zaragoza, emprendimos un viaje único a través del Camino de Santiago "A Orixe" que, con tanto cariño y acierto, promueve la Asociación Amigos do Camiño de Santiago do Barbanza e Sar.

Bajo el lema "Peregrinos de la esperanza, en Compañía de María", descubrimos mucho más que una ruta: vivimos una experiencia profunda, llena de sentido, que nos unió como grupo y que nos transformó como personas.

Desde Ribeira hasta Santiago de Compostela, pasando por Pobra do Caramiñal, Boiro, Rianxo, Dodro y Milladoiro, caminamos con el cuerpo... pero sobre todo también lo hicimos con el corazón. De hecho, día a día fuimos descubriendo que el Camino no es solo una senda que se recorre con los pies, sino una búsqueda interior, una oración en movimiento y una forma de amar la vida y a los demás.

A lo largo de las etapas, compartimos risas, silencios, cansancio, sorpresas, paisajes que a menudo nos dejaron sin palabras, y muchas conversaciones que nos acercaron los unos a los otros. Cada jornada comenzaba y terminaba con música, tiempos de oración y reflexión, y cada día incluía momentos muy especiales que nos facilitaron el poder mirar hacia nuestro interior para reconocer las “piedras” del camino, nuestras “mochilas” personales, esas “botas” que a diario nos ayudan a caminar… y todos esos otros elementos sencillos que se convierten en metáforas de lo que somos y llevamos dentro.

Cabe destacar que cada peregrino llevaba consigo un cuaderno de bitácora, un compañero silencioso en el que fuimos volcando pensamientos, emociones, oraciones, anécdotas, dibujos… y todo aquello que el Camino nos regaló. Porque en este Camino, os lo aseguramos, todo cuenta y todo suma: los kilómetros recorridos, pero sobre todo lo que se mueve y se transforma dentro de cada uno.

También tuvimos la oportunidad de vivir nuestra fe en comunidad a través de celebraciones de la Eucaristía y de la Palabra vivas, sentidas y muy participativas. De hecho, la espiritualidad fue el hilo conductor de esta maravillosa experiencia, pues nos ayudó a conectar con nosotros mismos, con el grupo y con ese buen Dios que, aunque no siempre lo entendamos, se hace presente en cada paso y en cada encuentro.

Pero nada de esto habría sido posible sin el apoyo y la entrega de tantas personas buenas que nos acompañaron en el camino. Por eso, ahora queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a Don Manuel (presidente de la Asociación y cura de Santa María a Antiga, Pobra do Caramiñal), a Saturio, a Marian, a Moncho, a Don Marcelino, a Brais y a todas esas personas que, con su tiempo, generosidad y compromiso, hicieron posible este Camino “A Orixe”.

Finalmente, también deseamos dejar constancia de que la etapa más larga, más difícil y también la más hermosa ha sido, es y siempre será esa que no aparece en los mapas: la etapa interior, la que sigue abierta tras llegar a la Catedral de Santiago y abrazar al Apóstol, esa que nos empuja a escucharnos, a crecer, a seguir buscando con esperanza y a caminar toda la vida, no como vagabundos, sino como auténticos peregrinos.

Gracias, Camino “A Orixe”, por habernos enseñado tanto; gracias, Santa Juana de Lestonnac, por haberte convertido en senda para todos nosotros; gracias, apóstol Santiago, por haber sido ese astro brillante que nos ha guiado; y gracias muy especialmente a María, nuestra Buena Madre, por habernos protegido durante el Camino y haber caminado junto a nosotros.

Vía: Compañía de María